viernes, 18 de noviembre de 2011

Sigo buscando otras caras de la luna...

Se hizo de noche y el bosque dejo de ser bonito. Se llenó de ruidos. Detrás de cada árbol, se escondía algo que nos comería a la mínima oportunidad. Y la luna, entre la niebla, lo empeoraba todo. Mi hermana dormía a mi lado, apoyada sobre mis piernas. Yo estaba con los ojos como platos. Sería por el miedo. O por el hambre.
O por los dos.
De repente se me hizo la boca agua. Olía a nubes de azúcar y a manzanas de caramelo. Me levanté, busqué un palo grande y avancé. A lo lejos se veía el tejado de lo que parecía una casa de colores.
A medida que me acercaba, los aromas cambiaban. A sombreros de chocolate.
A torpedos de colores. A regaliz rojo.
Mis tripas empezaron a hacer ruiditos extraños. Ahora olía a almendras garrapiñadas. A Chocolate blanco. A trufas y frutas escarchadas.
Me lamí el brazo. Sabía a piruleta de fresa. El codo a caramelos de cola. Y cada dedo de las manos, a un sugus diferente. De naranja, de fresa, de limón, de sandia…y el azul, que dicen que sabe a piña.
Era maravilloso. Tenía que despertar a Gretel y contárselo. Estábamos salvados.
Textos: Alejandro Bernaola

jueves, 10 de noviembre de 2011

Me sobran alas

Comienza a anochecer y espero impaciente tu llegada. 
 Aquí estás… tan radiante. ¡Cómo no enamorarse de ti! 
Una vez más, me armo de valor y me lanzo 
en tu búsqueda. Subo y subo. Hace mucho frio, 
pero estás más cerca. 
Me falta el aliento, me sobran alas. 
Nooo. ¡Otra vez no!
La oscuridad vuelve y caigo desmayado 
al mismo estanque. 
Donde la misma rana 
me rescata del mismo agua. 
Al abrir los ojos sigues ahí, sonriéndome. 
Es imposible. 
Pájaro y Luna no respiran el mismo aire. 
Por eso lloro. El corazón es así de caprichoso.
Quizá mañana llegue tan lejos como para poder abrazarte.

Texto: Alejandro Bernaola